Heartsong
Una vez en este mundo vivía un hombre notable que se casó con una mujer de sus sueños. De su amor nació una niña. Era una niña alegre e inteligente, y mi padre la adoraba. Cuando era apenas un bebé, a menudo se la tomó en sus brazos y empiezan a dar vueltas a su lado de la habitación, tarareando una melodía, y repitiendo: "Te quiero, nena!"
Cuando la niña creció, el hombre la abrazó con fuerza y le dijo una y otra vez: "Te quiero, baby Girl * sopló sus labios y respondió:" Pero yo ya no soy un poco! "Entonces él le aseguró entre risas:" Para mí Usted siempre tendrá mi niña. "
Y luego una niña que-tiene-más-no-a-poco, dejó su casa y salió al mundo. Y cuanto más se enteró acerca de ti mismo, más que aprendió de su padre. Se dio cuenta de que en realidad era un hombre notable, por lo que he aprendido a ver sus puntos fuertes. Y uno de estos puntos fuertes era su capacidad de expresar su amor a la familia. Dondequiera que fue, dondequiera que él fuera, él siempre la llamaba para decir: "¡Te amo, bebé"
Llegó el día cuando la niña que-tener-más-no-a-poco, se puso al teléfono la noticia de que su padre estaba gravemente enfermo. Según explicó, sufrió un derrame cerebral, después de lo cual se quedó sin habla, y los médicos dudaban de que él era capaz de entender lo que le dicen. Ya no podía sonreír, reír, caminar, abrazar, bailar o decirle a una niña que-es-más-no-a-poco, acerca de cómo la ama.
Por lo tanto, fue a este hombre maravilloso estar con él. Cuando entró en la habitación y lo vio, le pareció pequeño y frágil. Él la miró y trató de decir algo, pero no pudo.
Y entonces ella hizo lo único que podía. Se sentó a su lado en la cama, y las lágrimas fluían de los ojos de ambos, cuando ella le echó los brazos todavía hombro de su padre.
Poner la cabeza en su pecho, pensó mucho acerca de lo bien que estaban juntos, y sobre lo que es una pérdida terrible tenía que hacerlo. Junto con esta persona extraordinaria, siempre se sentía rodeado de cariño y atención, y ella carecía de las palabras de amor, que siempre fue su consuelo y apoyo.
Y entonces oyó desde lo más profundo de su ser el sonido de su corazón. Corazón, que continuó viviendo la música y las palabras. El corazón continuó latiendo rítmicamente en el cuerpo paralizado. Y mientras ella yacía así, ocurrió un milagro. Ella escuchó lo que quería oír.
Su corazón martilleaba las palabras que sus labios no podía decir más:
Te quiero, nena!
Te quiero, nena!
Te quiero, nena!
Y en su corazón inmediatamente se tranquilizó.
/ Barry y Joyce Vissel /
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